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Tengo que admitir que la primera vez que tome venganza de Malcolm Peters, me arrepenti. No es que no se lo mereciera, usted entiende? Habia una justificacion para lo que hice, pero de alguna manera, se sintio incomodo, y mal.No era acerca de l o por que alguna de mis acciones lo haya afectado. En cambio, era mas acerca de m la forma en la que lo hice se hizo sentir mal. Esa primera vez, el placer de la venganza fue momentneo y tan pronto como empez comenc a arrepentirme por haberme rebajado, permitindome ser arrastrada hasta ese nivel. Ya ha habido suficiente de eso en mi familia.La segunda vez, la ltima vez, no sent arrepentimiento. Lo que pas, pas. No se puede hacer nada y por supuesto, no hay pruebas de que Ciaco o yo hubisemos hecho algo.La primera vez que conoc a Peters fue en un verano bajo la mas glamorosa de las circunstancias. Aceptar el trabajo en la hamburguesera no haba sido por eleccin sino mas bien por necesidad. Fue divertido, pero incluso ahora recuerdo de cuando era chico, visitaba el lugar y miraba al personal. Adolescentes corriendo de una tarea a otra mientras que los enojados clientes del otro lado del mostrador les gritaban.Recuerdo que pensaba que yo odiara ese trabajo...