Sesenta semanas en el tropico

Pero seguir amando, mas cada dia, es lo unico que consuelaHay trece horas de avin por delante, desde el ascua de luz parisina que vamos dejando atrs hasta los paisajes ignorados de Tailandia. Llevo el corazn muy maltrecho. Hace medio ao me separ de una mujer a quien haba prometido no dejar nunca. Antes de confesarle que hice un hijo con otra huyo a la cara opuesta del mundo, para no asistir al dolor causado por la confesin en mi antigua casa, un dolor que me resulta insufrible, desmedido, monstruoso. Tengo razones para romper ese matrimonio, desde luego, pero nada cambiar que poda haberme sacrificado y no lo hice. Es algo que repite el nimo cada maana cuando despierto, percibiendo el atardecer avanzado de la vida como una navegacin diametralmente distinta de la previa. Siempre recorr el filo de la navaja, guardado por una alegra estoica que reparta suerte en los peores percances. La propia estima qued enganchada al dar el ltimo salto, y ahora toca seguir con pasiones que gobiernan mezquinamente, como el metabolismo.