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«Mi vida es una broma estúpida y cruel que alguien me ha gastado»,escribía el autor de Guerra y paz en el cenit de su vida, cuando había alcanzado con sus libros riqueza y celebridad mundial. La desazónprofunda que se apodera de Tolstói parece conducirlo inexorablementehacia el suicidio. Comienza así una búsqueda existencial desesperadaque pronto agotará las posibilidades ofrecidas por su siglo a loshombres de su condición?las ciencias, la filosofía, las artes?yculminará en una conversión espiritual que habría de transformar parasiempre su vida y su pensamiento. La conversión del gran escritor ruso implica ante todo recusar la moralidad del desencanto y el cinismoestéril en la que él mismo ha militado, para abrirse a la sabiduríagenuina de los hombres sencillos, esos «creadores de vida», en cuyosgestos y tradiciones «refulge lo sagrado». La Confesión de Tolstói,crónica apasionada y franca de una búsqueda vital de la verdad, seinscribe lo mismo en la tradición de las grandes conversionesreligiosas que en la de las autobiografías intelectuales de esosespíritus libres que no se dejaron arredrar por las ortodoxias.«Mivida es una broma estúpida y cruel que alguien me ha gastado»,escribía el autor de Guerra y paz en el cenit de su vida, cuando había alcanzado con sus libros riqueza y celebridad mundial. La desazónprofunda que se apodera de Tolstói parece conducirlo inexorablementehacia el suicidio. Comienza así una búsqueda existencial desesperadaque pronto agotará las posibilidades ofrecidas por su siglo a loshombres de su condición?las ciencias, la filosofía, las artes?yculminará en una conversión espiritual que habría de transformar parasiempre su vida y su pensamiento. La conversión del gran escritor ruso implica ante todo recusar la moralidad del desencanto y el cinismoestéril en la que él mismo ha militado, para abrirse a la sabiduríagenuina de los hombres sencillos, esos «creadores de vida», en cuyosgestos y tradiciones «refulge lo sagrado». La Confesión de Tolstói,crónica apasionada y franca de una búsqueda vital de la verdad, seinscribe lo mismo en la tradición de las grandes conversionesreligiosas que en la de las autobiografías intelectuales de esosespíritus libres que no se dejaron arredrar por las ortodoxias.