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Peles murió el 18 de noviembre de 2003. Estuvo antes 15 días en coma. Sufrió dos infartos en esos días. Lo último que su hija, Alexia, le dijo fue ?Bueno, papá, ya veré yo, déjame a mí? o algo así, en la puerta del ascensor de la casa de su madre. Ella había empezado la vida que quería, en Coímbra desde hacía un escaso mes y medio. Al día siguiente la llamó y dijo que le dolía la cabeza y que estaba pensando en cenar un huevo frito, que si llamaba al médico o que si iba al hospital. Alexia dijo que sí, que lo llamase. Le llamó a casa y estaba en el hospital; que fuese, le dijeron. Pero él no quiso molestar. Su hija supone que cenó el huevo frito y que le supo a gloria.Hoy, en 2022, Alexia Dotras Bravo quiere sacar del cajón de escritora escondida, los relatos que, desde la primavera de 2004, comenzó a escribir para exorcizar los demonios de la muerte. Una muerte que presentaba mil matices pero que a ella solo le llevaban a una: la muerte injusta y paradójica de su padre, el alcohólico